
Su identidad la empezaron a formar sus primeros pobladores, una familia en búsqueda de bienestar (los problemas de salud de uno de los pequeños se solucionaría con aires de mar) y su precario rancho. La continuarían los pescadores valiceros, que aún forman parte de esta aldea, y sus mujeres, primero “esposas” luego Artesanas.
Uno de los principales atractivos del pueblo es la arquitectura desestructurada que fueron generando esos ranchos y cabañas de madera inaugurales, planificadas únicamente para mirar al océano. Actualmente las hay de todos los colores y tamaños, frecuentemente con parques arbolados y una decoración rústica, con una desprolijidad sofisticada. Las calles intermedias sin veredas y sin pavimento también responden a la postura mantenida por sus habitantes de respetar a la naturaleza y sus cursos.
Departamento Rocha, Uruguay
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