
Fundada por Francisco Piria en 1890, en pleno auge de la Belle Époque. Piria fue un visionario y alquimista, quien originariamente la bautizó “Balneario del Porvenir”, un nombre que con el tiempo se convertiría en realidad.
Piriápolis cuenta con magníficos edificaciones como una extensa rambla costanera, réplica de la Biarritz francesa, el gigantesco Argentino Hotel que durante mucho años fue el más grande de América del Sur y el enigmático Castillo de Piria.
Sus playas se ubican a lo largo de una franja de 25 kilómetros de costa, desde el arroyo Solís hasta Punta Negra. Todas ellas, de blancas arenas y aguas limpias, reciben cada verano miles de turistas uruguayos, argentinos, brasileños, chilenos, paraguayos y de otros países de América Latina América y de Europa. Hacia el oeste algunas de las más atractivas son: Playa Grande, Playa Verde, Playa Hermosa, Las Flores y Bella Vista.
En los espacios naturales se practican diferentes deportes náuticos, pesca y recreación para todos los gustos. Es ideal para recorrer los senderos de los cerros a pie, en bici o en aerosillas, las únicas de estas latitudes.
La gastronomía de Piriápolis, asociada a su ubicación costera, ofrece eventos a lo largo del año donde se pueden degustar las delicias locales como sucede en la Paella Gigante, en diciembre de cada año, entre otros. Los eventos deportivos y culturales son moneda corriente en este destino privilegiado por su naturaleza, su historia y su gente.
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