
Enclavado en la soledad y la riqueza de la cordillera virgen se encuentra un oasis de pleno confort y modernismo, rodeado de sol y nieve, de lagos y bosques, de pesca y buena mesa. Un lugar para contemplar, ideal para pensar, donde se despierta con el aroma del pino y el trino de las aves del Sur, donde se duerme con el arrebol en la ventana y el calor del roble ardiente. Ambiente cálido que brindan los lugareños que allí atienden, hombres y mujeres de nuestros lejanos campos del Sur que saben brindar desde una domadura de potro hasta un pan amasado, pasando por un asado al palo y una pesca. En Puyehue no hay temporada, es un lugar para visitar todo el año, porque la naturaleza no tiene temporada, porque la belleza se impone con flores, hojas secas, lluvias, pesca y nieve. Deportes a la mano, caballos para subir y bajar cerros, botes para ir tras el salmón o solamente dejarse llevar por el vaivén de las suaves olas de un lago, nieve para los esquiadores y piscina termal para relajarse o descansar. Todo esto es Puyehue, allá en el Sur donde la vida tiene otro sabor.
Los mitos y leyendas son pan de cada día en la región de Los Lagos, con sorprendentes lugares como el archipiélago de Chiloé. ¿Amante de la buena mesa? Recorre sus Osorno, Puerto Montt y Frutillar, donde su naturaleza prístina y patrimonio cultural, son el escenario perfecto para degustar sus tradiciones gastronómicas.
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