Conocé este tranquilo lugar, atractivo para quienes buscan paz y naturaleza.
En la Costa Atlántica bonaerense existe un balneario que parece detenido en el tiempo. Marisol es ese lugar: una playa de arena blanca, casi desierta, donde la naturaleza manda y el ritmo es otro. Lejos del ruido de Mar del Plata o Pinamar, este pequeño pueblo de menos de 200 habitantes se convirtió en unos de los refugios elegidos por Diego Maradona en los años ‘90.
Un paraíso escondido entre médanos y mar abierto
Marisol sorprende por su belleza natural y su ambiente relajado. Sus playas extensas, de hasta 800 metros de ancho, invitan a caminar sin apuro, pescar o simplemente contemplar el mar. El perfil bajo del pueblo y el acceso por caminos de ripio la mantienen alejada de las multitudes, convirtiéndola en el destino perfecto para quienes buscan descanso y tranquilidad.
El paisaje se completa con un cordón de médanos forestados que llega a los 3.000 metros de ancho y separa el pueblo del mar. Desde lo alto, la vista es única: se ve la inmensidad de la playa y la desembocadura del río Quequén Salado, que forma un ecosistema especial, ideal para la observación de aves y la pesca deportiva.
Fuente: TN TURISMO
Jueves, 4 de Diciembre de 2025