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Tinogasta (voz Kakana:”Reunión de Pueblos”), según historiadores es la voz más aceptada. Sin duda que entra en el listado de “pueblos” prehispánicos, aceptado por los historiadores españoles. En los albores de la historia, todo el territorio que ocupa Tinogasta actual, fue parte de innumerables “Ayllus” (caseríos-familias), que hacían uso de este territorio para la siembra y la recolección de frutos de los árboles autóctonos. Antes de la llegada de los españoles a la zona, el imperio Inca también ha tomado el territorio de Tinogasta, sitiando primero “Watungasta”, realizando una conquista cultural aceptada por los Diaguitas de todo el valle del Abaucán, luego, al llegar los españoles, Tinogasta sigue apareciendo como un pueblo presente, mencionado en el “Auto de fecha 14 de Agosto de 1713, firmado por el Maestre de Campo Don Esteban de Nieva y Castilla como Teniente Gobernador de Catamarca.
Este funcionario español, reconoce y menciona tres veces como “pueblo y tierra Diaguita” a Tinogasta. Dándole el rango d, de “Encomienda”, por lo que toma la medida de “amojonar” el “Pueblo de Tinogasta”, de esta manera, los historiadores modernos toman esta fecha de: 14 de Agosto de 1713, como la fecha de “la demarcación” del pueblo de Tinogasta. Como todo el territorio que hoy ocupa el ejido urbano de Tinogasta es declarado como una encomienda”, los españoles fueron obligados a fundar sus estancias lejos de este pueblo Diaguita, de allí que han nacido pueblos que hoy conocemos como de “La Ruta del Adobe”, mencionaremos por ejemplo: Copacabana, El Puesto, La Falda, Anillaco y Fiambala.
El desarrollo urbano de Tinogasta, comienza a hacerse efectivo después de la Revolución de Mayo, existen documentos históricos que menciona al “Pueblo de Tinogasta” como una “Encomienda” en los años 1807 (año de la invasión inglesa al Rio de La Plata).
En 1848, comienza efectivamente un proceso de urbanismo que con los años ha tomado el actual trazado (damero) moderno, debido al loteo para la venta, y recaudación del dinero para la construcción de la Iglesia parroquial San Juan Bautista que hoy ocupa el centro de la ciudad. Desde aquellos años, toma importancia la presencia de Tinogasta, como lugar importante del comercio de vacunos a Chile, luego ser “punta de rieles” del ferrocarril General Belgrano, y punto importante a fines del Siglo XX como territorio de mayor producción vitivinícola de la Provincia de Catamarca.